¿Quién no ha oído hablar sobre la domótica? La automatización de todo tipo de sistemas en un hogar o edificio es cada vez más habitual. Hoy, en Martín Vecino, nos centramos en la domotización de puertas automáticas, una realidad cada vez más extendida por sus múltiples ventajas.

Domotización de puertas automáticas

La domotización de puertas automáticas consiste en conectarlas a un sistema centralizado que permite su control de forma remota. También permite programar horarios de apertura y cierre, e integrarlas con otros dispositivos inteligentes del hogar o edificio.

Esto se logra mediante la instalación de sensores, actuadores y una unidad de control que se comunica con otros dispositivos a través de redes inalámbricas o cableadas.

La instalación de estos sistemas puede realizarse tanto en puertas nuevas como en puertas existentes, adaptándolas con bastidores y sistemas de automatización.

Beneficios de domotizar las puertas automáticas

Una de las ventajas más valoradas de la domotización de puertas automáticas es la posibilidad de controlarlas a distancia.

Ya sea a través de un mando, una aplicación móvil o un asistente de voz, los usuarios pueden abrir y cerrar la puerta sin estar físicamente presentes. Esto es especialmente útil en viviendas, ya que permite gestionar el acceso a visitantes o servicios sin necesidad de estar en casa.

Por otro lado, los sistemas domotizados suelen incorporar características avanzadas de seguridad. La domotización de puertas automáticas puede incluir mecanismos de autentificación. Entre ellos, el uso de claves, tarjetas de proximidad, o incluso reconocimiento facial y huella dactilar en sistemas más avanzados.

Además, muchas puertas inteligentes permiten configurar notificaciones que alertan al usuario cuando alguien entra o sale. También cuando se detectan intentos de acceso no autorizados, lo cual es esencial para la seguridad en el hogar y en espacios comerciales.

A su vez, las puertas automáticas domotizadas pueden integrarse con otros sistemas del hogar o la empresa, como cámaras de seguridad, sistemas de iluminación o alarmas.

Esto facilita una gestión integral de la seguridad y el confort del espacio. Por ejemplo, una puerta puede programarse para activar la iluminación en el momento en que se detecta la entrada de una persona o para armar el sistema de alarma cuando la puerta se cierra.

Finalmente, la domotización permite personalizar los horarios de apertura y cierre, así como configurar escenarios específicos. Por ejemplo, en una oficina, la puerta principal puede programarse para abrir automáticamente a primera hora de la mañana y cerrarse tras finalizar el horario de atención al público. Además, en entornos empresariales o residenciales, esta programación puede adaptarse a patrones de uso o hábitos de los usuarios.