Las puertas de garaje automáticas se han convertido en un elemento que nos facilita mucho el día a día. Sin embargo, a veces pueden surgir averías o problemas, que es necesario conocer. Por eso, hoy en Martín Vecino repasamos las principales razones por las que la puerta de garaje no funciona y cómo ponerle solución.

Razones por las que la puerta de garaje no funciona

Las prestaciones de las puertas automáticas de garaje nos hacen la vida más cómoda y segura, permitiéndonos abrir o cerrar sin necesidad de salir del vehículo. Pero, al igual que sucede con otras instalaciones, son susceptibles de sufrir averías, que pueden tener diferentes orígenes.

El mando no responde

Los controles remotos de las puertas de garaje funcionan normalmente con pilas o baterías. Que éstas se gasten es una de las razones por las que la puerta de garaje no funciona más frecuentes.

Puede parecer una tontería, pero es necesario revisar las pilas para reemplazarlas cuando sea necesario.

Otra cuestión es que el mando se haya desprogramado. En ese caso, es necesario reprogramarlo, con o sin ayuda de un profesional especializado, según el modelo del mando.

Por otro lado, puede suceder que existan determinadas señales que causen interferencias e impidan su correcto funcionamiento.

El motor no funciona

Si, tras verificar que el mando tiene pila suficiente, el motor no funciona, puede ser debido a varios motivos.

Por un lado, podría ser un fallo de corriente o suministro eléctrico. Verificar si han saltado los plomos debería ser la primera comprobación.

Pero si le llega corriente, podría tratarse de un fallo en el motor. En este caso, deben ser técnicos especializados quienes manipulen la instalación y sus componentes.

No obstante, hoy en día la mayoría de puertas automatizadas cuentan con un sistema de apertura manual.

La puerta se para, quedando entreabierta

Este problema preocupa bastante por la posibilidad de que el garaje quede abierto o se cierre de golpe, atrapando a los usuarios o vehículos.

Puede deberse a un fallo en el motor, en la fotocélula o en el sistema antiaplastamiento, pero también a la presencia de obstáculos en el recorrido de la puerta.

Por tanto, lo más fácil es comprobar que la fotocélula está bien alineada y no se ha modificado su posición y que no hay nada que obstaculice el movimiento de la puerta.

Otras razones por las que la puerta de garaje no funciona

La puerta se ha salido de los rieles

Que la puerta se salga de sus rieles puede deberse a una mala instalación, pero también a la falta de mantenimiento. En este aspecto, podría suceder que los rieles estén desgastados, o que otras piezas como los rodillos, cables y resortes de torsión se hayan roto.

También puede suceder que se haya desnivelado o se hayan roto las lamas, con el consiguiente peligro que conlleva.

Utilizar la puerta en esas condiciones es sumamente peligroso, por lo que se debe contactar inmediatamente con el servicio técnico autorizado.

La puerta está congelada

En los lugares donde las temperaturas son extremadamente bajas en invierno, podría suceder que se haya formado hielo en la parte inferior de la puerta.

Si esto ocurre, no se debe intentar abrir con el mando, ya que podría quemarse el motor. Lo mejor es retirar manualmente el hielo con ayuda de un rascador o con productos especialmente diseñados para ello.

Un buen truco puede ser proteger la parte inferior de la puerta para que no se acumule agua y/o hielo, además de abrir y cerrar la puerta al menos una vez al día, para darle movimiento y evitar la congelación.

Ruidos raros y tirones

Por último, podría suceder que la puerta abre, pero lo hace chirriando o a tirones. Es una señal inequívoca de que algo está mal y que es el momento de avisar al servicio técnico.

Por todo ello, tras revisar las principales razones por las que la puerta de garaje no funciona, desde Martín Vecino hacemos hincapié en la importancia de la revisión y mantenimiento de las puertas automáticas, siempre por parte de empresas especializadas.