Hoy en día, la gran mayoría de la población se concentra en las grandes ciudades. Aunque esto trae consigo el acceso a numerosos servicios, también conlleva inconvenientes como la exposición al ruido. Una buena manera de atenuarlo consiste en instalar puertas insonorizadas, de las que hablamos hoy en Martín Vecino.
Qué son las puertas insonorizadas
Como su propio nombre indica, las puertas insonorizadas reducen de manera considerable el nivel de decibelios entre dos ambientes diferentes. Por un lado, aíslan de los decibelios que se perciben procedentes del exterior. Y, por otro lado, aíslan al exterior de los ruidos producidos en una determinada estancia o lugar.
También conocidas como puertas isofónicas o acústicas, son fundamentales para mejorar el aislamiento acústico de todo tipo de entornos. Tal es su importancia que toda la insonorización de un espacio puede depender de ellas. Es decir, aunque los techos y paredes estén perfectamente aislados, si las puertas no lo están, puede arruinar el aislamiento acústico.
Afortunadamente, en la actualidad existen numerosos modelos de puertas insonorizadas, tanto manuales como de apertura automática, fabricadas en diferentes materiales y tamaños.
Éstas se encuentran en todo tipo de edificios, fábricas y aparcamientos, ayudando a reducir el ruido que nos rodea.
Qué problemas puede acarrear el ruido
Además de las molestias que provocan los ruidos, si son muy elevados pueden causar pérdidas auditivas irreversibles. Por tal motivo, lo ideal es minimizar la exposición a toda fuente de ruido.
Por otro lado, aunque normalmente se relaciona el exceso de ruido a zonas con mucho tráfico y a fábricas, la realidad es que el ruido continuado afecta en casi todos los ámbitos de la vida diaria.
Incluso un espacio de trabajo o una vivienda mal insonorizados pueden conllevar problemas de salud. Estos van más allá de los meramente auditivos, afectando a la salud cardiaca y al bienestar mental.
Por todo ello, pensar en puertas insonorizadas puede ser la solución para alcanzar el confort acústico, y por tanto, llevar una vida más tranquila y saludable.
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