Las puertas automáticas se han convertido en un elemento fundamental para nuestro día a día, tanto a nivel particular como en empresas y comercios. En momentos como estos, cuando las temperaturas suben, es cuando realmente apreciamos el papel de las puertas automáticas durante la ola de calor.

Sobre esto y sobre cómo mantenerlas en verano, hablamos hoy en nuestro blog de Martín Vecino.

Puertas automáticas durante la ola de calor

Las puertas automáticas son una gran ayuda para diferentes situaciones.

Por un lado, a nivel particular suelen instalarse en los garajes de las viviendas, ya sean unifamiliares o comunidades de vecinos. Facilitan el paso de los vecinos, que no necesitan salir del coche para entrar o salir.

Por otro lado, gran parte de los comercios, tanto nuevos como tradicionales, han optado por instalar puertas automáticas. Además de mejorar la accesibilidad de todo tipo de usuarios, cuentan también con ventajas a nivel estético y de seguridad.

A todo esto hay que sumar las mejoras en eficiencia energética. Las puertas automáticas permanecen abiertas el tiempo justo para permitir el paso, evitando la pérdida de frío o calor en cualquier momento del año.

Este punto es especialmente importante durante una ola de calor. Ante las altas temperaturas, los locales se climatizan para garantizar un confort térmico en su interior. Por lo tanto, en cuanto menos tiempo estén abiertas sus puertas, menos frescor se pierde y menos se resiente la factura de la luz.

Cómo mantener las puertas en verano

Aunque un buen mantenimiento de las puertas automáticas es importante durante todo el año, es algo que no debemos descuidar en verano.

Durante épocas de calor, son muchos los insectos, roedores y pequeños animales que buscan refugio en lugares más frescos. Por eso, es necesario revisar los raíles de las puertas automáticas y cualquier recoveco donde puedan instalarse visitantes no deseados.

Aprovecharemos también para limpiar los huecos donde hayan podido recogerse diferentes residuos.

Otro punto a tener en cuenta es garantizar que el motor no se recaliente. Si es posible, debe instalarse alejado de fuentes de calor o del sol directo. De este modo, será más sencillo prolongar su vida útil.

Finalmente, es importante revisar que los mecanismos estén bien engrasados, retirando posible grasa seca y renovándola por un lubricante nuevo.